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NO HAY LUZ SIN OSCURIDAD Por: Micaela Yamilka Ortuño Huata


NO HAY LUZ SIN OSCURIDAD

Por: Micaela Yamilka Ortuño Huata

Después de la segunda guerra mundial, se dio paso a dos sistemas sociales y económico-políticos contrapuestos: EE.UU. y el capitalismo y la, entonces, URSS y el socialismo.

Entonces el mundo vivió el resultado de la posguerra: La "Guerra Fría", esta tenía como fin la constitución de un orden político mundial en contra del otro.

Ambos estaban dotados de poderío militar y tecnologías desarrolladas para una tercera conflagración, aun así, quedaron sorprendidos por el simbólico derrumbe del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. Este hecho proclamó el triunfo del unilateralismo político-militar estadounidense, una economía capitalista llamada Globalización.

Uno de los tipos de Globalización que repercute más en el diario vivir de las familias, es la "Globalización de las finanzas y del capital" que supone la desregulación de los mercados financieros, la movilidad del capital y el auge de las empresas transnacionales; volviendo más ricos a los ricos y empobreciendo más a los pobres.

La realidad parece dar la razón a quienes critican la Globalización, por que efectivamente en algunos países ha existido una “fuga de empleo” y/o una disminución de los salarios de la mano de obra, medianamente calificada y naturalmente mal remunerada.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) incluye a Bolivia entre los países con menor desempleo en 2015, según el informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo. Tendencias 2015”, con una tasa de desempleo de 2,7 por ciento.

El informe, presentado en Ginebra, señala que la tasa es la misma con la que el país cerró 2014 y prevé que ésta se mantendrá en 2016.

Según datos del Ministerio de Trabajo, la tasa abierta de desempleo en Bolivia llegó a 3,2 por ciento a diciembre de 2014, 150.000 personas. La Población Económicamente Activa (PEA) llega a 4,7 millones de los 10,3 millones de habitantes que tiene Bolivia, según el Censo Nacional de Población y Vivienda realizado el 21 de noviembre de 2012.

El salario mínimo en nuestro país es Bs. 1440, aun así, un número reducido de  empleadores, contratantes o patrones, cumplen con este mandato, ya que si hacemos un estudio de campo y revisamos la oferta laboral de los clasificados del periódico, sin duda, podemos encontrar un sinfín de "ofertas laborales", pero estas no ofrecen el sueldo mínimo, seguro social u otros beneficios, estas ofertas, buscan aprovecharse de las personas.

Les presento a Juan Pablo, tiene 20 años, él quiere postularse a la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), pero él solo quiere, querer no es sinónimo de poder en su caso, porque prácticamente mantiene a su familia, hace dos años salió bachiller, fue a buscar trabajo y muy desanimado volvió a su hogar, "tocó varias puertas" pero ninguna le convenía, trabajar sería más costoso de los que imaginó, ya que prácticamente mitad del "sueldo" que recibiría lo invertiría en pasajes para transportarse, él vive en una ladera de la Ciudad de El Alto.

Trescientos ochenta y seis  kilómetros a lo lejos se encuentra Luz Carolina, ella tiene igual veinte años, en este caso existe una sutil diferencia, ella es estudiante de segundo año de una de las carreras de la  UMSA, su condición económica la ha llevado a “tocar puertas”, igual que Juan Pablo, ella vive en un lugar relativamente céntrico, dos cuadras arriba del Cementerio General.

Una de las puertas que "tocaron", fue la misma por azares de la vida, dos personas con historias totalmente diferenes. 

El trabajo que encontraron les ofrecía un sueldo de Bs. 1000 mensual, no requería experiencia alguna; ellos tenían que trabajar seis días a la semana, tenían la opción de elegir qué día querían descansar, menos sábados y domingos, porque existía mayor concurrencia de clientes los fines de semana, no recibirían beneficios sociales, trabajarían ocho horas al día, de 16:00 a 24:00, aunque les advirtieron que tenían que quedarse algunas horas extra, hasta que todo estuviese limpio y recogido para el siguiente día, esas "horas extra" no serían remuneradas, sus posibles compañeros les advirtieron que el trabajo terminaba a las 2 o 3 de la mañana. Ellos se convertirían en empleados "multiservicio".

 ¿Alguna vez escuchó este término o denominación? Pues ser empleados "multiservicio", consiste en cocinar a ratos, otros limpiar o estar como cajero, en caso que la situación amerite.

Después de pensar y analizar la situación, Juan Pablo no aceptó, prefirió dedicarse a otra cosa, que le permita ganar más dinero.

¿Qué pasó con Luz Carolina?

Ella si aceptó el “trabajo”, aunque el mismo, no se acercaba en lo absoluto, ni tenía un grado de relación con la carrera que estudiaba. 

Comprobó lo que le habían advertido, su turno no acababa a las 24:00, ella cerraba el lugar con sus compañeros a las dos o tres de la mañana.

Retornaba de madrugada a su casa, exponiéndose a un sinfín de peligros, no contaba con un seguro de salud, no podía pasarle nada.

Cuando cumplió el primer mes de trabajo, fue ansiosa a recibir su añorada “remuneración”, sin embargo, fue triste su sorpresa, cuando su “empleador o jefe” le dijo que espere a mediados de mes, porque a fin de mes su empresa estaba llena de gastos, y no por ser “nueva” gozaría de “privilegios”.

Estas situaciones se mezclan a su vez con otros factores; evaluemos la situación. 

Existe un gran grupo de personas que cada Cierre del año Académico, termina  sus estudios. 

Existe otro grupo que si bien no termina sus estudios, necesita un lugar para trabajar.

Los dos grupos salen a buscar trabajo al mismo tiempo.

La demanda del mercado laboral casi nunca puede acogerlos o absorberlos totalmente.

Todo esto conduce a la frustración y a la desesperanza de los jóvenes, además de que ayuda a perpetuar los ciclos de pobreza y, en algunos casos, estos ciclos están relacionados con fenómenos como la violencia y la delincuencia.

Cada uno tiene diferentes objetivos en la vida, algunos llegan a ellos estancando a otros.

Creo que el sistema en el que vivimos jamás cambiará; siempre existirán personas “explotadoras” y por otros lado  “explotados”.

El plan es encontrar mejores oportunidades; adecuárnos a la realidad. ¿O someternos?.